Noticias falsas en química y cómo gestionarlas Understand article

¿Qué tienen de malo las etiquetas "libre de químicos"? ¿Lo "natural" es necesariamente mejor? Aprende a detectar noticias falsas pseudocientíficas en los medios de comunicación.

Las noticias falsas implican la propagación de la desinformación, normalmente con el objeto de crear confusión en las ideas de la gente, o de desacreditar a una persona o una institución. Las noticias falsas son un gran reto en la sociedad actual, debido a la rápida propagación de la información a través de internet y de las redes sociales. Representan un problema especialmente en temas relacionados con la salud, donde estas noticias falsas a menudo emplean la pseudociencia para confundir a la gente. En ellas, las explicaciones se presentan como «ciencia» a pesar de que no se basan en evidencia científica; por ejemplo, la denominada dieta alcalina, que proclama falsamente que las comidas «alcalinizantes» y el «agua ionizada» pueden curar el cáncer.[1] Veamos otros ejemplos de desinformación y noticias falsas relacionadas con la química.[2]

Noticias falsas en la industria alimentaria

La comida es esencial para la vida, y la mayor parte de la gente sabe poco sobre química básica de la comida. Por ejemplo, han oído hablar acerca de los principales macronutrientes: carbohidratos, grasas y proteínas. Sin embargo, normalmente saben mucho menos acerca de los otros compuestos químicos presentes en la comida y de su función, lo que facilita que sean engañados por afirmaciones pseudocientíficas de marketing.[3] Un tipo muy popular de noticias falsas en la alimentación es la exageración de los beneficios para la salud de una comida o producto específico, para inducir a la gente a comprarlo más.[4] Un ejemplo de esto es la «sal rosa», también llamada sal del Himalaya, que se extrae de una cueva mineral en Khewra en Paquistán (en realidad, muy lejos de las montañas del Himalaya).

El caso de la sal rosa: beneficios para la salud exagerados para vender

Los comerciales que promocionan la sal rosa por delante de la sal blanca afirman que tiene efectos positivos en la salud. De hecho, la sal rosa es en un 98-99% cloruro de sodio (NaCl), el mismo compuesto químico que la sal blanca. El resto (menos del 2%) es una mezcla de elementos minerales menores, como el cadmio (Cd), cobre (Cu), níquel (Ni), plomo (Pb) y hierro (Fe).[5] Los comerciales que promocionan la sal rosa por delante de la sal blanca afirman que tiene efectos positivos en la salud. De hecho, la sal rosa es en un 98-99% cloruro de sodio (NaCl), el mismo compuesto químico que la sal blanca. El resto (menos del 2%) es una mezcla de elementos minerales menores, como el cadmio (Cd), cobre (Cu), níquel (Ni), plomo (Pb) y hierro (Fe). [6,15]

Trazas de elementos químicos encontradas en la sal rosa:
Hierro (Fe), Zinc (Zn), Cobre (Cu), Manganeso (Mn), Cromo (Cr), Plomo (Pb), Cadmio (Cd), Níquel (Ni), Cobalto (Co), Plata (Ag), Aluminio (Al), Boro (B), Bario (Ba), Bismuto (Bi), Galio (Ga), Indio (In), Litio (Li), Estroncio (Sr), Teluro (Te).
Una fotografía de la sal rosa y una lista de sus elementos traza (hasta decenas de ppm). [5,7]
Imagen: pictavio/pixabay.com

¿Lo natural es bueno, los químicos son malos?

Una concepción errónea muy común que subyace en muchas de las noticias falsas en química es la idea de que la «química» y los «productos químicos» se asocian con sustancias sintéticas o artificiales, en contraposición a los ingredientes o productos «naturales». En términos científicos, todas las sustancias, sean naturales o artificiales, están formadas productos químicos.[8] La concepción errónea que contrapone químico a natural se relaciona con una imagen negativa distorsionada de la química, conocida como «quimiofobia«.[3, 9,10] Esta idea también está detrás de la falsa creencia de que los químicos sintéticos son más dañinos que los naturales.[11]

Hay muchas sustancias naturales muy peligrosas, tales como las que producen las oronjas verdes (Amanita phalloides, a la izquierda) y la planta mortal belladona (Atropa belladonna, a la derecha).
Imágenes: Oronja verde: Archenzo/Wikipedia, CC BY 3.0. Belladona: Karelj/Wikipedia, CC BY 3.0.

En la mente de la gente, la palabra natural se asocia a cosas que son seguras y saludables, mientras que los términos químico, sintético y artificial se asocian con propiedades negativas o dañinas, ¡y los equipos de marketing lo saben bien! Por esta razón, muchos productos se anuncian como «sin químicos». Sin embargo, no existen comidas ni sustancias sin químicos: ¡estas etiquetas son noticias falsas!

Si miras la lista de ingredientes de un producto de alimentación (por ejemplo, galletas), probablemente puedes encontrar términos como aromas naturales, aroma, o fragancias: estas palabras se usan en lugar de nombres más técnicos que la gente asocia instintivamente con «químicos perjudiciales». En otros casos, los nombres químicos y fórmulas se sustituyen por denominaciones más neutras, como los números E.[12] Estas denominaciones se introdujeron en Europa para todos los aditivos alimentarios que habían sido aprobados en algún momento por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (por sus siglas en inglés, EFSA).[13] Por ejemplo, la carne envasada normalmente contiene los aditivos E301 y E331, clasificados como antioxidantes.[12] Debido a la quimiofobia, los nombres químicos de estos dos aditivos (ascorbato de sodio y citrato de sodio) pueden dar miedo a los consumidores poco informados. Se esperaba que el sistema de numeración E, más sencillo, ayudaría, pero de hecho ahora el término «códigos E» en la actualidad se usa con frecuencia como abreviatura para los aditivos perjudiciales. Esto no tiene sentido, ya que el número E no da ninguna información sobre el origen del compuesto químico; los compuestos con el número E pueden ser naturales o artificiales. El ascorbato de sodio y el citrato de sodio se pueden encontrar en la naturaleza o producirse en un laboratorio, y sus propiedades son idénticas.

Los tomates reciben su color rojo del compuesto carotenoides licópeno (a la derecha), que también se usa como colorante alimentario rojo con el número E160d.
Imágenes: Tomates: domdomegg/Wikipedia, CC BY 4.0. Licópeno: Jeff Dahl/Wikipedia, CC BY 3.0.

Conviene destacar que, aunque algunos componentes con números E son inocuos, algunos son polémicos o se han retirado como aditivos alimentarios en Europa (y otros países) basándose en la evidencia científica. El número E no es más que un sistema de nomenclatura: no dice nada acerca de si una sustancia es perjudicial o no.

Código ‘E’ Nombre químicoPropiedadesEstado
E101Riboflavina
(Vitamina B2)
Colorante alimentario (amarillo);
se encuentra de forma
natural en huevos y otros
alimentos, pero también
se produce sintéticamente
Aprobado en Europa y USA
E160aβ-CarotenoColorante alimentario
(amarillo-naranja); naturalmente presente en muchas frutas
y verduras
Aprobado en Europa
E230Bifenilo / difeniloUn conservante alimentarioNo aprobado en Europa
E250Nitrito de sodioUna sal; usada como conservante alimentarioAprobado en Europa
E300Ácido Ascórbico (Vitamina C)Un antioxidante; se encuentra de forma natural en frutas y también se produce sintéticamenteAprobado en Europa
E354Tartrato de calcioUn subproducto de la industria del vino; se usa como emulgenteAprobado en Europa
Tabla 1. Ejemplos de números E usados como aditivos alimentarios, sus nombres químicos, propiedades y estado de aprobación. [12]

¿Tóxico? Depende de la dosis

El público general a menudo malinterpreta lo que significa toxicidad.[14] El peligro potencial de los productos químicos, tanto naturales como sintéticos, está muy relacionado con su concentración. Esto se sabía ya desde tiempos antiguos: en 1538, el alquimista Paracelso escribió: “Todo es veneno, y nada carece de veneno, solo la dosis hace que que una cosa no sea veneno” (traducido del alemán).[14] Las sustancias ampliamente consideradas seguras, como la cafeína, o incluso las sustancias beneficiosas como las vitaminas pueden ser tóxicas si se consumen en grandes cantidades. Incluso el agua puede ser letal cuando se bebe una gran cantidad en muy poco tiempo (¡o cuando se inhala!). La cantidad de sustancia es clave para determinar su efecto en la salud humana.

Además, el hecho de que una sustancia esté presente en la naturaleza no significa que sea seguro. Se conoce un gran número de toxinas naturales que son letales incluso en concentraciones muy bajas. [15] Por ejemplo, muchos hongos, plantas y bacterias producen compuestos que actúan como pesticidas naturales, y algunos también son altamente tóxicos para los humanos.

Ácido cicloprop-2-en-carboxílico
Se encuentra en las setas, tales como las Russula subnigricans. Es muy tóxico para los humanos y causa fallo rápido en los músculos; unos pocos mordiscos de esta seta pueden ser fatales.
Aflatoxina B1
Producida por el hongo Aspergillus flavus, que puede crecer en alimentos como cacahuetes y cereales. Es muy carcinógeno (causa cáncer).
Coniina
Un compuesto alcaloide muy tóxico que se encuentra en la planta venenosa cicuta (Conium maculatum), famosa por matar al filósofo Socrates.
Nicotina
Producida por plantas de tabaco (Nicotiana species). En altas dosis puede causar envenenamiento peligroso. Antes se usaba como pesticida natural pero ahora está prohibida en la Unión Europea y muchos otros países.

Chemical structure of nicotine

Tabla 2. Ejemplos de toxinas naturales.[15–17] Las imágenes muestran la seta Russula subnigricans, el hongo Aspergillus flavussobre el maíz, flores Coniummaculatum, y un campo de plantas de tabaco.
Imágenes: Russula subnigricans: pumakit/iNaturalist, CC BY 4.0: Aspergillus flavus sobre maíz: International Institute of Tropical Agriculture/Flickr, CC BY-SA 2.0. Cicuta venenosa: Djtanng/Wikipedia, CC BY-SA 4.0. Plantas de tabaco: Kotoviski/Wikipedia, CC BY 3.0.

¿Cómo podemos reconocer las noticias falsas en química?

Las consecuencias de la desinformación cuando se trata de asuntos de salud pueden ser muy graves. Por ejemplo, los pacientes de cáncer pueden probar terapias alternativas ineficaces en lugar de aceptar el tratamiento médico que podría salvar su vida,[18] o la gente podría rechazar vacunas, causando graves consecuencias de salud pública.[19] La cantidad de información online puede ser también confusa, pero hay algunas estrategias que pueden usarse para reconocer noticias científicas falsas. Comprobar los hechos es el primer paso. ¡Recuerda que cualquiera puede compartir cualquier cosa en internet! Si no sabes mucho del tema, puede ser buena idea comprobar si la información puede verificarse en fuentes oficiales como agencias gubernamentales de salud, tal como Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) o la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA); instituciones científicas como la Real Sociedad de Química (RSC); o universidades[20] o institutos de investigación.[21] Un planteamiento general para confrontar noticias falsas fue propuesto por Mike Caufield, un experto en aprendizaje en red que acuñó el término SIFT, cuyas siglas son el acrónimo en inglés de: Para (en inglés, Stop), Investiga la fuente (en inglés, Investigate the source), Encuentra cobertura adicional (Find additional coverage), y Rastrea las afirmaciones hasta su fuente original (Trace the claims back to their original source). [22] Algunos consejos prácticos son:

  1. PARA. Antes de leer, párate a valorar si las fuentes son fiables. No te creas una noticia si no se dan referencias y fuentes
  2. INVESTIGA LA FUENTE. Comprueba quién publica la información (por ejemplo, en la sección «Quiénes somos» en su página web). Cuestiona si el autor podría tener algo que ganar, por ejemplo: ¿pertenecen a o les apoya económicamente una empresa que vende un producto relacionado con el contenido? Los influencers y otros creadores de contenido a los que se paga en función del número de seguidores pueden beneficiarse de la audiencia que traen los artículos ‘clickbait’.
  3. ENCUENTRA COBERTURA ADICIONAL. Sigue cualquier referencia y enlaces proporcionados y comprueba que son reales, y que realmente apoyan las afirmaciones emitidas. Trata de encontrar distintas fuentes para la misma noticia y mira si las interpretaciones difieren.
  4. RASTREA LAS AFIRMACIONES HASTA LA FUENTE ORIGINAL. A veces las referencias están desfasadas o contienen afirmaciones que ya han sido refutadas. Si las referencias son artículos científicos y no puedes acceder a ellos, busca los autores y sus instituciones. Comprueba también que el artículo está en una revista científica con reputación y revisada por pares.

Estos pasos no pueden decirte con una precisión del 100% si un artículo o post contiene noticias falsas, pero la probabilidad de que te engañen se reducirá considerablemente.


References

[1] Un artículo en Science-Based Medicine desmontando las afirmaciones sobre los efectos en la salud del agua alcalina:  https://sciencebasedmedicine.org/alkaline-water-surges-despite-lack-of-evidence/

[2] Un artículo en Chemistry World sobre cómo abordar noticias científicas falsas: https://www.chemistryworld.com/opinion/how-can-we-tackle-fake-science-news/4010598.article

[3] Siegrist M Bearth A (2019) Chemophobia in Europe and reasons for biased risk perceptions. Nature Chemistry 11 1071–1072. doi: 10.1038/s41557-019-0377-8

[4] La moda comercial alrededor de los ‘superalimentos’: https://www.hsph.harvard.edu/nutritionsource/superfoods/

[5] Sharif QM, Hussain M, Hussain MT (2007). Chemical Evaluation of Major Salt Deposits of Pakistan. Journal-Chemical Society of Pakistan 29: 569–574.

[6] Martin TP, Fischer A. (2012) SODIUM, POTASSIUM, AND HIGH BLOOD PRESSUREACSM’s Health & Fitness Journal 16: 13–21. doi: 10.1249/01.FIT.0000414751.69007.b5

[7] Una respuesta en WebMD a las afirmaciones sobre la salud hechas acerca de la sal del Himalaya: https://www.webmd.com/diet/himalayan-salt-good-for-you

[8] Una entrada que enumera todos los químicos presentes en un plátano:  https://jameskennedymonash.wordpress.com/2013/12/12/ingredients-of-an-all-natural-banana/

[9] Cómo reconocer (y hablar a) un quimiófobo: https://blogs.scientificamerican.com/the-curious-wavefunction/how-to-recognize-and-talk-to-a-chemophobe/

[10] Saleh R, Bearth A, Siegrist M (2020) Addressing chemophobia: informational versus affect-based approaches. Food and Chemical Toxicology 140: 111390. doi: 10.1016/j.fct.2020.111390

[11] Shim S-M et al. (2011) Consumers’ knowledge and safety perceptions of food additives: Evaluation on the effectiveness of transmitting information on preservatives. Food Control. 22: 1054–1060. doi: 10.1016/j.foodcont.2011.01.001

[12] La página de Wikipedia sobre códigos para aditivos alimentarios usados en la Unión Europea y la Asociación Europea del Libre Comercio: https://en.wikipedia.org/wiki/E_number

[13] La página web de la Autoridad Europea en Seguridad Alimentaria (EFSA) https://www.efsa.europa.eu/en

[14] Un artículo sobre toxicidad y la relación dosis-respuesta:   www.sciencelearn.org.nz/resources/365-all-in-the-dose

[15] Gribble GW (2013) Food Chemistry and Chemophobia. Food Security 5: 177–187. doi: 10.1007/s12571-013-0251-2

[16]  Información sobre la coniína: https://natoxaq.ku.dk/toxin-of-the-week/coniine/

[17] Los peligros de la nicotina en la agricultura y la comida: https://www.ua-bw.de/pub/beitrag_printversion.asp?subid=0&Thema_ID=5&ID=2963&Pdf=No&lang=EN

[18] Un artículo sobre los peligros de las terapias alternativas para el cáncer del Instituto Nacional del Cáncer: https://www.cancer.gov/news-events/cancer-currents-blog/2017/alternative-medicine-cancer-survival

[19] El problema de las dudas de las vacunas: https://www.criver.com/eureka/vaccine-hesitancy-story-old-vaccines-themselves

[20] La Oficina para la Ciencia y la Sociedad de la Universidad McGill tiene artículos muy buenos que explican la ciencia que hay detrás de los temas cotidianos: https://www.mcgill.ca/oss/our-articles

[21] La Clínica Mayo ofrece mucha información fiable sobre temas relacionados con la salud: https://www.mayoclinic.org/

[22] Un artículo en la revista de la American Chemical Magazine ChemMatters acerca de leer noticias científicas e identificar informaciones falsas:  https://www.acs.org/content/acs/en/education/resources/highschool/chemmatters/past-issues/2021-2022/october-2021/reading-science-news.html

Resources

Author(s)

Valentina Domenici es profesora en química física en el Departamento de Química y Química Industrial (Universidad de Pisa). Su investigación se centra en la espectroscopía aplicada a distintos materiales, tales clmo cristales líquidos, nanomateriales y alimentos. Es muy activa en formación química, comunicación de la química y química en museos de la ciencia.

Review

El siguiente artículo proporciona una revisión de las noticias falsas asociadas a la química en la sociedad. Desde los falsos mitos del marketing hasta la idea de que todo es tóxico en ciertas cantidades, el artículo proporciona una buena introducción a las concepciones erróneas a las que los consumidores se enfrentan en diariamente,

 

Para los estudiantes podría ser un primer punto de reflexión sobre lo que en realidad significan “puro”, “tóxico” y “libre de químicos” en una clase de ciencias.

 

Esta podría ser una introducción realmente buena a un proyecto de investigación para usarlo como trabajo para casa. Los estudiantes podrían usar esto como base para investigar un caso específico  donde se empleen afirmaciones químicas en la publicidad y entonces continuar hasta el final para determinar si se trata de noticias falsas o no. En la era del COVID-19 y TikTok, donde las noticias falsas están presentes en cada esquina, empodera a tus alumnos para ser cazadores de mitos en tu comunidad.

Preguntas de comprensión sugeridas:

  • ¿Qué minerales adicionales se encuentran en la sal rosa del Himalaya?
  • ¿Cuáles son los riesgos potenciales de consumir demasiada sal rosa?
  • Sugiere cuatro pasos que se pueden tomar para identificar y abordar las noticias falsas
  • Proporciona dos ejemplos de las toxinas naturales
  • Define quimiofobia

Valentina Valenza, Profesora de Química, Reino Unido

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