Entendiendo el cerebro adolescente Inspire article

Los adolescentes están en transición entre la niñez y la edad adulta, entonces ¿por qué su comportamiento difiere de cualquiera de estas dos fases? La neuropsicóloga Sarah-Jayne Blakemore busca respuestas para esta eterna pregunta.

Adolescent neuropsychologist Professor Sarah-Jayne Blakemore
La catedrática de
neuropsicología adolescente
Sarah-Jayne Blakemore

Ricardo Lopes
 

Todo aquel que tenga que tartar con adolescentes sabe cómo de contradictorios pueden ser. Por un lado, pueden aparentar haber más bien crecido: muchas veces con talla adulta y enfrentándose a momentos y decisiones claves en sus vidas, con una expansión rápida de oportunidades y responsabilidades. Por otro lado, a menudo parecen comportarse con una sorprendente inmadurez, quizás incitando al comentario de que son “lo suficientemente mayores como para saber más”. Pero, ¿cómo de preparados están los adolescentes realmente para hacer frente a sus vidas? Y, ¿qué cambios biológicos condicionan el comportamiento y la forma de pensar que asociamos con los años de adolescencia?

Ona persona que sabe muchísimo sobre esto es Sarah-Jayne Blakemore, catedrática de neurociencia cognitiva en la Universidad de Londrés, Reino Unido. Blakemore comenzó su carrera investigadora estudiando la esquizofrenia, tanto durante su doctorado como sus estudios postdoctorales. Pronto se dio cuenta que, casi sin excepción alguna, los pacientes con esquizofrenia que estaba analizando indicaban que los primeros síntomas aparecían entre la edad de 18 y 25 años y, ella empezó a querer saber que había de especial durante esta etapa de la vida en términos de desarrollo cerebral. Concretamente, si el cerebro era capaz de experimentar delirios potentes y alucinaciones auditivas que se mostraban en la esquizofrenia, ¿qué ocurre con el desarrollo cerebral de un adolescente normal que es capaz de evitar estos problemas?

En aquellos momentos, hay que señalar que se sabía poco sobre cómo se desarrolla el cerebro durante la adolescencia: el dogma aceptado en los libros de texto es que el cerebro termina de desarrollarse aproximadamente a mitad de la infancia. De modo que, Blakemore comentó su interés por estudiar esta área inexplorada en los estudios del desarrollo con su tutor, el conocidísimo investigador sobre el autismo Uta Frith, quién le apoyó de forma inequívoca.

La maduración cerebral

Hoy en día, el cerebro del adolescente es un gran área de investigación y, -gracias a Blakemore y sus colegas – estamos empezando a entender mucho más sobre el típico comportamiento adolescente y sus orígenes. Por ejemplo, correr riesgos se ve con frecuencia como un distintivo del comportamiento adolescente. Los colegios y la sociedad en general ven este comportamiento como algo asociado a los cambios hormonales de la pubertad – pero en realidad, el hecho de que algunas áreas del cerebro maduren antes que otras es un factor clave. Blakemore explica: “dos sistemas cerebrales diferentes se desarrollan a distinta velocidad. El Sistema límbico – que incluye la región del cerebro que te empuja a tomar riesgos – se desarrolla antes que el córtex prefrontal, que inhibe la toma de riesgos, de modo que hay un salto en sus trayectorias del desarrollo”. En otras palabras, debido a que la parte del cerebro que hace que la gente se divierta corriendo riesgos se desarrolle antes que la parte que inhibe la toma de riesgos, la tendencia a correr riesgos aumenta en los años previos a la madurez total – es decir, en la adolescencia e incluso en los primeros años de la edad adulta.

Teenagers are prone to risk-taking – especially when they are with other teenagers.
Los adolescentes tienden a correr riesgos – especialmente cuando están con otros adolescentes.
Beth Jusino/Flickr, CC BY-NC 2.0
 

La planificación es otra habilidad situada en la corteza prefrontal, de modo que mucha de la frustración de los padres de adolescentes y profesores – desde deberes que no se hacen a fracaso a la hora de darse cuenta de las consecuencias de no ser eficaz estudiando – quizás no debería de ser tan sorprendente. “Sabemos que la corteza prefrontal está en desarrollo, de modo que nuestras expectativas hacia los adolescentes – para planificar sus deberes, su proyecto para obtener el Certificado General de Educación Secundaria [examen académico] – puede ser demasiado”, afirma Blakemore.

Que el cerebro esté en desarrollo durante la adolescencia significa que puede haber periodos concretos durante esta fase en la que algunos tipos de aprendizaje sean más fáciles o complicados que en otros momentos. Las investigaciones de Blakemore indican que estas variaciones existen: hay una mayor inmersión en el aprendizaje de ciertas tareas abstractas no verbales en las primeras fases de la adolescencia (edad 11-14). Esto se refleja – y quizás ayude a explicarlo – mediante la conocida inmersión en el rendimiento académico en torno a esta edad, en la que algunos estudiantes en este grupo de edad tienen peor rendimiento en el colegio que lo que tenían en años anteriores.

Conocimiento social

Actualmente, Blakemore está interesada en investigar sobre el conocimiento social: cómo el pensamiento adolescente está afectado por influencias sociales. Aquí, dos aspectos del comportamiento típico adolescente – correr riesgos y la susceptibilidad a la influencia de los compañeros – interactúan, de modo que los adolescentes son más propensos a correr riesgos cuando están con sus compañeros. Por ejemplo, los conductores de coche adolescentes tienen, de media, más accidentes que las personas más mayores, pero son más propensos a tener estos accidentes cuando uno o más adolescentes están en el coche con ellos. Blakemore cree que habría una ventaja evolutiva asociada con este, aparentemente desventajoso, comportamiento. “Hay seguramente un buen motivo por el cual los adolescentes cuidan mucho el estar incluidos por su grupo social y se arriesgan más cuando están con sus amigos”, dice. “Tiene sentido si piensas en la necesidad de ser independiente de los padres de uno, para ir y explorar el entorno y para afiliarte con tu grupo social. Seguramente se trate de un proceso importante y adaptado por el que todos necesitamos pasar”.

During the teenage years, people are more influenced by their peers than at other stages of life.
Durante los años de adolescencia, la gente es más influenciable por sus homólogos que en cualquier otra etapa de la vida.
Léo Parpais/Flickr, CC BY-NC-ND 2.0

Convirtiéndose en ellos mismos

Una idea es principal en los estudios de Blakemore: que los años de adolescencia no son solo una complicada transición desde la niñez a la edad adulta. Más bien, esta época tiene una función importante para ellos: los adolescentes se están convirtiendo en quiénes son como individuos, la gente que van a ser en la vida adulta. Su reciente libro, “Inventándonos a nosotros mismos: la vida secreta de un cerebro adolescente (Blakemore, 2018) incluye un capítulo titulado “La adolescencia no es una aberración”, en el cual Blakemore hace hincapié en cómo el comportamiento adolescente puede observarse en diferentes sociedades y periodos históricos e, incluso, en otras especies de mamíferos. Estos hechos indican que esta fase de la vida es un periodo diferente en el desarrollo biológico, no simplemente una aberración del comportamiento.

Mediante este conocimiento, Blakemore cree que necesitamos ser algo permisivos. “Algo que he notado desde que trabajo con adolescentes es que son el centro de las burlas y están demonizados en la prensa”, declara. “Si yo digo cualquier cosas sobre el cerebro adolescente, invariablemente yo obtengo una respuesta del tipo, “Oh, ¿pero los adolescentes realmente tienen cerebro?””. Ella cree que esta actitud social hacia los adolescentes es bastante errónea: es que, ¿cualquier otro sector de la sociedad aceptaría ser despreciado de esta forma?

Como alguien que aboga por un mayor entendimiento de los adolescentes y, también como neurocientífica, Blakemore fue invitada en 2013 a participar en una inciciativa de teatro juvenil, creando un espectáculo donde los adolescentes presentaban su experiencia en el mundo. Titulada Confusiónw1, la obra fue puesta en escena en el Teatro Nacional de Londrés. El guión está ahora disponible para los colegios, permitiéndoles desarrollar y poner en escena su propia versión de esta película y auténtico drama. Lo que se remarca notablemente en el drama es la idea de que la forma de pensar de los adolescentes y sus sentimientos tienen su propia validez y un propósito. “Oímos sobre directores que vieron la obra y regresaron a sus colegios dispuestos a hacer las cosas de otra forma”, concluye Blakemore.

 

La obra Confusión pone en relieve las complicadas relaciones entre los jóvenes y sus padres. Creada por el grupo de teatro joven “Compañía Tres” con la aportación de Sarah-Jayne Blakemore, el espectáculo navega en las experiencias de la vida del elenco adolescente.

En este fragmento, los adolescentes se dirigen a sus padres.


Me dices
Tu cerebro está roto
Es como un cerebro adulto pero no funciona bien.

Dices
Cuando te haces adolescente, algo pasa.
Tu cerebro se encoje o algo así.
Deja de funcionar adecuadamente.
Estás lleno de pensamientos sobre ti mismo que olvidas a los demás.

Digo
Cuando estoy salvaje y fuera de control
Es porque estoy buscando quién soy
Qué es el mundo
Todas las cosas que sería
Y, si fuera un animal salvaje de verdad
Entonces, tendría que marcharme justo ahora.
Pero no lo hago.
Y, no me voy. Aún.

Digo
Mi cerebro no está roto
Es así por un motivo
Me estoy convirtiendo en quién soy
Y, tengo miedo
Y, tenéis miedo
Porque quién yo soy puede que no sea quién vosotros queréis que sea
O quién sois vosotros


 

 

 

 

 

 

 

 

Este extracto de Confusión de Ned Glasier, Emily Lim y la Compañía Tres, con un prólogo de la Catedrática Sarah-Jayne Blakemore, ha sido reproducido con el permiso de Nick Hern Books.


References

  • Blakemore S (2018) Inventing Ourselves: The Secret Life of the Teenage Brain. London, UK: Transworld Publishers. ISBN: 0857523708

Web References

  • w1 – Mira un extracto de Confusión y encuentra cómo aceder al guíon para interpretar vuestra propia version del espectáculo en la página web de la Compañía Tres.

Resources

Author(s)

Susan Watt es escritora científica y editora de Science in School. Tiene una licenciatura en Ciencias Naturales por la Universidad de Cambridge, Reino Unido y posgrados en Filosofía y Psicología Experimental y, le gusta divulgar investigaciones sobre psicología al público general. Vive en Londrés y tiene una hija adolescente.

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